Friday, November 8, 2013

Asi corri Nueva York.


Domingo 3 de noviembre del 2013


El día empezó a las 5:00 am porque teníamos que salir antes de las seis del hotel para tomar el autobús que nos llevaría a Staten Island. El trayecto duro mas de una hora hasta que nos bajaron en el lugar donde se concentro a todos los corredores del maratón 


2013, alrededor de 50,700 entre hombres y mujeres esperando la hora de salida. El frio calaba y nos hizo buscar un lugar en una carpa para sentarnos un rato. Ya solo tenía que esperar poco más de dos horas, pero si ya había esperado seis meses, un rato mas como quiera lo aguantaba. Aquello parecía


campamento de refugiados. Se acerco la hora de mi salida que era a las 10:55 de la mañana y mi amigo Ledu decidió dejar pasar su hora de salida que era media hora antes para salir juntos. Ya formados en los corrales nos deseamos suerte y esperamos el cohetón que marcaba el inicio de mi maratón. Estaba en la cuarta ola, color naranja, corral 62. Correría por el lado izquierdo del puente Verrazano.


10:55 y empiezo a correr…


Arrancamos la cuarta ola de corredores, que supongo yo seriamos algunos 12,500 subiendo la cuesta del puente Verrazano que conecta a Staten Island con Brooklyn. Se escucha al fondo la música de New York New York con Frank Sinatra y la adrenalina hace que se te quite el frio y quieras ir más rápido…. Te quieres comer el maratón desde el principio. Empiezo a checar mi paso para controlarlo y no caer en la inercia de la carrera ya
 que al final lo pagaría muy caro. Me había pintado la estrategia en el antebrazo izquierdo y me prometí a mi mismo seguirla lo más que pudiera. Al llegar al centro del puente se siente un alivio al dejar de subir e iniciar el descenso hacia Brooklyn. Inmediatamente llegando al suburbio se dejo sentir el calor de la gente apoyando a los corredores durante el recorrido. Es impresionante como los habitantes hacen suya la carrera, apoyan, gritan, tocan en bandas. Yo, muy atinadamente, mande hacer una playera con la palabra MEXICO y mi nombre en el pecho que me ayudo un chorro para levantar el animo. Cuando me sentía un poco cansado me ponía a correr por los lados e inmediatamente la gente te empezaba a gritar: vamos México!!!  Go Marcelo!!!


Y sigo corriendo…


Por las calles de Brooklyn corro por diferentes barrios, con algunos tramos con pendientes pero con un público muy animado que, aunque éramos el último grupo y la carrera ya llevaba más de una hora y media de haber comenzado, seguía apoyando a pesar del frio. Se ven familias completas, parejas de novios o esposos, grupos de amigos, trabajadores que les toco chambear. Todos apoyando.  A mí se me olvido mi Ipod y antes de empezar estaba muy angustiado porque estoy muy acostumbrado a correr escuchando música, esto se lo comente a una chava puertorriqueña que se sentó a mi lado en el autobús que nos llevo a Staten Island y me dijo que este era su segundo maratón aquí y que no me preocupara, no lo necesitas. It’s so much going on!! Y era cierto, en ningún momento me siento aburrido. Entre estar checando mi paso en el reloj y viendo todo lo que veo mientras corro, se me pasan los kilómetros como si nada. Así llego al kilometro 20.


Y sigo corriendo…


Cruzo el puente Pulaski que conecta a Brooklyn con Queens y cruzo la línea de medio maratón. Mas o menos voy con lo planeado y empiezo a apretar un poco el paso. Desde donde voy corriendo ya se ve Manhattan claramente. Tomo un sorbo de agua en todas las estaciones aunque no traiga sed, correr en frio es lo mío, disfruto mucho más la carrera. Corro por algunas avenidas hasta que me subo al puente Queensboro que me llevara a Manhattan. Ya llevo 25 kilómetros y la cuesta para subir al puente me deja un ardor en las plantas de los pies y dolor leve en las piernas.


Y sigo corriendo…


El puente mide más o menos 2 kilómetros y es el primer lugar desde el puente Verrazano donde no se oye el apoyo del público, solo escucho pujidos, pasos. Vamos corriendo todos sin hablar subiendo con trabajo la mitad del puente y bajando la segunda mitad más desahogadamente. Al ir llegando a la parte de abajo, se empieza a escuchar un bramido, leve al principio pero más fuerte al irme acercando, de la gente que está en Manhattan. Nos bajan del
puente con una curva cerrada, pasamos por abajo del mismo puente y agarramos la 1ª avenida de Manhattan rumbo al norte, rumbo al Bronx. Es impresionante la cantidad de espectadores por ambos lados de la calle y la forma en que apoyan. Cada cuadra hay una banda con música diferente y que hace que los casi 5 kilómetros de subida se me hagan menos pesados. Veo a Viri en la calle 88 que me da ánimos a seguirle y me pasa la bandera de México y una cámara, ya que mi celular ya casi no trae batería. Durante todo el trayecto de la 1ª avenida voy checando mi reloj, y aunque en mi estrategia debería ir más rápido no puedo ya que el dolor en las piernas va in crescendo, aparte de la subidita de casi 5 kilómetros, que aunque no era muy pronunciada si era muy larga.


Y sigo corriendo…


Llego hasta la parte alta de Manhattan y cruzo hacia el Bronx por el puente Willis Avenue, allá en el Bronx no se nota tanto el apoyo en las calles, esta mas solitario. El recorrido en este suburbio dura si acaso 2 kilómetros y cruzamos nuevamente hacia Manhattan pero ahora por el puente Madison Avenue cayendo en la 5a avenida. Ya el dolor en las piernas era algo constante, pero ya llevo 35 kms corridos, solo me faltan 7 más para acabar!! Pero esos 7 kms obviamente no son como los primeros 7, son totalmente diferentes. Al menos ya está muy claro el tramo que falta para terminar: correr por la 5a avenida hasta empezar a correr a un lado del central park, pasando el Guggenheim me metería a las calles interiores del parque y de ahí solo 3 kilómetros más para terminar, muy fácil pensaba yo mientras veía que ya no podía mantener el ritmo, mucho menos mejorarlo.  Lo bueno es que al menos no me han dado calambres en las piernas, veo que hay corredores por los lados haciendo estiramientos para quitárselos y me alegro de que por el momento a mi no me han dado.


Y sigo corriendo....


En medio de la 5a avenida en el barrio de Harlem esta el parque Marcus Garvey Park al que hay que sacarle la vuelta y para que se me olvide un poco el dolor de las piernas ocupo mi mente contando números. Poco a poco voy poniéndole menos atención a los espectadores que tanto animo me han dado. Voy concentrado en contar: uno, dos, tres.... Me da resultado por un rato, realmente ya no me acordaba del dolor hasta que me acorde y madres, que me vuelve a dar.


Y sigo corriendo....


Por fin llego al central park, y hago cuentas de cuantos minutos me faltan para llegar, ya sabía que mi plan de hacer 4:30 no lo iba a poder lograr, ya iba como 8 o 10 minutos atrasado. Ya no aguantaba las piernas y el ver corredores parados o caminando juega en tu contra, la mente es cabrona!! Así que decido pensar un rato en cada uno de las personas que tuvieron algo que ver en mi camino para llegar hasta aquí. Me acuerdo de mis amigos corredores que me están siguiendo por la aplicación o por feis y que me están poniendo mensajes. En mi entrenamiento hubo más de uno que me llamaba antes del fin de semana para preguntarme cuanto me tocaba entrenar y ofrecerse a correr conmigo aunque fuera una parte solamente. Siempre con buena vibra!! Estas cuadras son por Julián, Hugo, Hugo, el tocayo, Fito, Omar, Miguel, etc. 


Y sigo corriendo....


Lo que antes parecía pasar tan rápido, ahora es cada vez más lento. El tramo que corro a un lado del parque es una pendiente que no me esperaba y que está terminando conmigo, veo el reloj y me doy cuenta que me faltan 5 kilometrotes!!
Así que decido pensar en la persona que me vio cuando empezaba en esto y me salía a correr por la calle Broadway de San Antonio. Regresaba media hora después y me preguntaba -cuanto corriste? -Como dos kilómetros y medio!!! Le contestaba todo sudado. -wow es un chorro, que bien!! Jajá nos emocionábamos porque aguantaba dos kilómetros y medio, eso sin decirle que los últimos 500 mts los había caminado. Mira nomas donde ando madre!! En el maratón de Nueva York!! El más cabron de todos los maratones!! Ya me imagino la fiestona que has de traer en el cielo... 


Y sigo corriendo...


Ya no aguanto y camino algo así como 100 metros, esta subida me está matando. Tiro a la calle la bolsa con los jelly sports beans que me quedaban, ya no me sirven para nada!! Ya tope con la famosa pared desde hace varias cuadras y sigo tratando de no dejar de correr. Me está dando resultado esto de pensar en otras cosas para despejarme y hago un recuento de todo lo que tuve que hacer para poder llegar hasta este kilometro 38. Como tuve que cambiar mi forma de entrenar para ser un poco mas rápido, cambiar mi forma de comer para bajar de peso y el programa que hicimos mi nutrióloga y yo para bajar de 10 a 15 kgs de grasa, lo cual honestamente, yo veía como algo muy lejos de llegar, pero lo logramos Claudia, 14.5 kgs menos de grasa!!!


Y sigo corriendo....


Ya la ampolla del dedo chiquito me duele chorros, ya no sé que me cala mas, si la ampolla o el dolor de piernas. Me doy cuenta que voy un poco más lento al ver mi reloj, no al ver a los demás corredores porque me da la impresión de que todos vamos más lentos, algunos caminando. Por morbo o curiosidad me asomo a ver el número de algunos de ellos y veo que hay uno que otro de la ola dos y tres.... No voy tan mal pienso, ya alcance a estos. Lo bueno es que mi ola era la última y no hubo ningún corredor de alguna otra  ola que me haya alcanzado. Me acuerdo de mi familia que siempre me apoyo, mis niños que muchas veces me ven corriendo cuando Viri los lleva a la escuela. El último mensaje de ella que veo antes de que se me acabe la pila es que ya está en Central Park, anda apoyando con todo!!! Gracias Viri por seguirme la corriente siempre!!!


Y sigo corriendo....


Y llego al kilometro 40, hecho garras.... Viri me grita y no puedo ni voltear casi a saludar, voy zombie, no, zombie no, porque a ellos no les duele nada y a mí me duele todo!! La ampolla, la planta de los pies, las piernas, las rodillas, los tobillos, todo!! Los espectadores están impresionantes, escuchaba algunos vamos México, vamos Marcelo pero ya no podía ni voltear a regresar la atención del saludo. Solo tengo que correr dos kilómetros más!! Así que decido regalarme estos dos kilómetros a mí, estos dos kilómetros son míos, yo me los gane, partiéndome la madre durante seis meses, madrugando para entrenar, dejando de salir con amigos a echar cheve, aguantarme el antojo de algo que no pudiera comer. Son míos y nada ni nadie me los va a quitar.  Por estos dos kilómetros vine, no por los primero dos, vine por estos, por los últimos, estos son los que saben ricos, estos son en los que más duelen las piernas, estos son los dos kilómetros más chingones que corro de los últimos años así que con el dolor y todo los estoy disfrutando y nada me va detener antes de la meta.


Y sigo corriendo....


Una pareja que me alcanza me animan a seguir, vamos me dicen. Ya falta menos de un kilometro, aquí nos vamos contigo!! Eso me dio muchos ánimos, me cuentan que son de Querétaro y corren a mi lado hasta que me empiezan a dar piquetes pre-calambre en las dos piernas así que les deseo suerte y camino otros 100 metros, ya no falta nada, ya casi acabo así que agarro otra vez el paso y sigo por el camino hacia la meta.


Y sigo corriendo....


Por fin veo la meta como a 600 metros, los gritos de la gente son muy fuertes, ya no me queda nada en mis piernas, sigo trotando en automático, dos chavas mexicanas me alcanzan y luego se vuelven a quedar atrás, 400 metros, sigo corriendo, la meta se va acercando poco a poco, el ardor es casi insoportable, camino algunos 20 metros para luego seguir trotando. Ya no me voy a parar, pienso, ya no!! Sigo corriendo. Paso el letrero de 300 metros seguido por el de 300 yardas un poquito después, se oyen los gritos, la música, las pisadas de los demás, los jadeos, mis no mames, 200 metros, 100 metros, sigo corriendo, están las gradas a los lados de la meta, el volumen de la música es muy fuerte, todos apretamos lo mas que podemos los últimos metros, 50 metros, 20 metros, sigo corriendo, 5 pasos más y cruzo la meta!!!


Y ya no oigo nada...


Y ya no tengo que correr...


Ya termine mi maratón...


Ya termine mi maratón de Nueva York....


Esto debe ser lo que Alejandro llamaba Kaif, seguro lo es....


Aaaa que chingón me siento....


Me ponen mi medalla....


A duras penas puedo caminar, como venia corriendo??


 

Poco a poco todo vuelve a la normalidad, oigo a los demás corredores abrazándose, la música sigue... La vida sigue.... Nos piden continuar caminando y varios avanzamos con trabajo, pasito a pasito. Nos ponen la tradicional sabana de aluminio para el frio, estamos como a 10 grados que antes no calaban. Empezamos el
camino de casi una hora para la reunión con la familia, un tormento pero que importa, termine mi segundo maratón con 4:46:38, dieciséis minutos más de lo que quería pero un tiempo que hace apenas unos meses lo veía muy lejos de mis posibilidades. Ya
habrá más maratones. En el caminito de resurrección nos dan uno ponchos naranjas para cubrirnos del frio que están más padres que calientes, no dejo de temblar. Quiero mi diet Dr. Pepper!!! Por fin llego al área de reunión familiar y me encuentro con Viri,
nos abrazamos, me felicita, me dice que está orgullosa, que que padre y yo solo le pedía mi diet Dr. Pepper y un poco de agua. Ya que me la trajo empezamos a platicar en lo que esperábamos a Ledu, que después hablo diciendo que ya estaba en el hotel, así que

nos fuimos nosotros también. Como no había taxis por la cantidad de gente agarramos una bicicleta para Viri, Perla y para mí. Voltea el ruso y nos dice que son 5 dlls por minuto... Si ombeee, ya dale que me estoy cagando de frio!!! No contaba que el muy cabron se iba a tardar 25 minutos en llegar al hotel, 125 dólares por el viajecito en bici por las calles de Manhattan... Ahí me salió mi último No Mames!!! Termino aceptando $105, entro el hotel, felicito a Ledu y abro una cerveza.


Que chingón se siente esto....


Nos vemos en el próximo!!!



Platicando despues de la carrera.


Ledu y yo festejando nuestro maraton. Cuando entras a alguna parte la gente te aplaude.



El registro de mi Garmin, siempre conmigo.

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